domingo, 17 de mayo de 2009

Otoño distinto


Hoy asumo un otoño cruento

donde los árboles desnudan por efecto del viento,

o tal vez a viva fuerza,

almas inquietas.

Así como la lluvia lava despojos del tiempo

me arranco una corteza  pesada como cruz,

me sumerjo por instinto

en los oscuros bolsillos del presente

y secreta me abrigo ocultando desidia.

¿ No oyen,  emisarios del Apocalipsis,

esos trinos exultantes

que suplican en salmos silencios y sosiego?

¿No reconocen las nubes de tormenta?

No…, no pueden… es tarde,

están inmersos en maletas funcionales

y   almidonadas galas de diseño;

no recuerdan raíz donde la fauna guiaba

 cuando veían al cielo evocando el principio.

 

Errado gorrión urbano que gorjeas por hábito

sobre tejados mohosos,

tú comprendes ¿no es cierto?

lo sabes, y callas,

en tu canto se informa

pero ya no te atienden

perdieron el oído delicado.

El horizonte sepia aún majestuoso

aguarda impaciente el final prometido

donde nadie se ve

donde nadie se oye

el espíritu es virgen,

nuevo,...vacuo.


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