tu risa alumbraba mi calle
el sol duraba más
por nosotros
eximiéndonos del ángelus
nuestra ruta duraba la vida
el silencio colmaba la senda
cuando caía la tarde
tu voz completaba mi tiempo
tu estela perfumaba el aire
levándome perpetua.
La ansiedad es aliada de la creatividad y el miedo es el primer paso antes de la creación...
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
César Vallejo nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. En 1918 publica su primer libro de poemas: Los heraldos negros. En 1920 es acusado injustamente y encarcelado durante 112 días. En 1922 publica Trilce; un año después, publica algunas prosas y viaja a París.
En 1928 viaja a la Unión Soviética y a su regreso a París rompe con el APRA. En 1929 regresa a la Unión Soviética y un año después viaja a España. Regresa a París pero es expulsado por razones políticas; se translada entonces a España de nuevo.
En 1931 publica su novela Tugsteno. Viaja de nuevo a la Unión Soviética y se inscribe en el Partido Comunista de España. En 1932 regresa a París y vive en la ilegalidad. En 1937 asiste al Congreso de Escritores Antifascistas en Madrid.
Murió en Paris, un día del cual tenía ya el recuerdo, en 1938. En 1939 se editan, de manera póstuma, los Poemas humanos.
que no se parece a la evanescencia creada mediante
artes;
Esta energía mística circula alrededor,
vivaz, espíritu unificado con el Origen;
La rielante Luna se condensa en un fluido dorado,
el loto verde se transmuta en una realidad de jade;
Al cocer la médula de la liebre de jade,
la perla resplandecerá tanto que no volverás a pensar en la pobreza.
Sun Bu'er, Sun Pu-erh
(1119 – 1182) dc. (poesía china)
Oh, éste es el animal inexistente.
Ellos no lo conocían,
y sin embargo lo amaron en su andar,
su porte, su cuello y hasta en la luz de su mirar callado.
En verdad él no existía.
Pero porque lo amaron, llegó a ser él un animal puro.
Siempre le dejaron un espacio.
Y ese espacio, claro y reservado,
levantó él levemente su cabeza,
y apenas necesitaba ser.
No lo alimentaron con grano alguno,
sino sólo con la posibilidad de que existiera.
Y ésta le dió al animal una tal fuerza,
que un cuerno emergió desde su frente : Uni-cornio.
Blanco se acercó el animal a una doncella
y estaba en el espejo de plata y en ella.
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