miércoles, 22 de octubre de 2008

Señora

Atraída y alejada gritas tu vida mísera

sin un ápice de odio en tu agria trayectoria

¡Seas loada!

Tantos años dormida tu música vehemente

soportando racimos de calor ajeno y digerido

hoy reivindicas tu brío en cicatriz

Y te vimos todos

tu génesis y resurgimiento

Y estabas (por primera vez creo yo)

viva

y observaste tus ojos, ilustre,

tu entrada dictaminó gloria

te permitiste soñar con otras almas

sin edad y sin tiempo

Fue entonces cuando el mundo se quitó la máscara

dejando al descubierto lo que la lluvia no oculta

Se acercó a ti, te vio directamente a los ojos

y ahí sí, ahí sí, me atrevo a decir que por fin

fuiste tú

en cuerpo y en espíritu

fuiste tú

en traza exacerbada

fuiste tú

Íntegra, grácil, fausta.

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