viernes, 26 de septiembre de 2008

Verde

Verde que de lejos me citas,
sonrisa delineada en el recuerdo,
que incito y vuelve a salir,
como mil pájaros, al abrir
la jaula-prisión de años.
Verde que tiñes la paz,
y desespero por recorrerte y mirarte,
que me abraces y envuelvas,
con tu infinito misterio,
aún, cuando sea cierto tu destino,
y más si lo es,
por codiciarlo ansiosa.
Verde que te vuelves amarillo,
y ese ocre te trae y te convierte,
en más cercano que nunca,
y en más lejano que siempre.

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